La precariedad no es la solución. Todos coinciden


9 sept 2014



La OCDE coincide con CCOO: la precariedad laboral y la devaluación salarial no sirven para salir de la crisis
El último informe de la OCDE sobre perspectivas de empleo en el mundo confirma lo que CCOO viene diciendo desde el inicio de la crisis: la precariedad laboral y la reducción de los salarios, además de provocar un enorme dolor social, son contraproducentes para impulsar la demanda interna y el crecimiento económico.
Imagen para el Foro anual 2013 de la OCDE celebrado en París.
Imagen para el Foro anual 2013 de la OCDE celebrado en París.
El informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) constata que en España se ha producido una intensa devaluación salarial, colocando a nuestro país como el segundo peor tan solo detrás de Grecia. Una reducción de los salarios nominales que esta organización estima en un 2% anual, que en realidad supone una pérdida de poder adquisitivo de los asalariados mucho mayor si se tiene en cuenta la inflación acumulada en el periodo.

La reducción de los salarios ha empobrecido a la inmensa mayoría de la sociedad española, colocando a muchos hogares en niveles próximos al umbral de la pobreza, y ha venido acompañada de un aumento de los contratos precarios y a tiempo parcial que han deteriorado, todavía más, el nivel de renta de las personas, hasta el punto de que cada vez se amplía la denominada pobreza laboral: personas incapaces de vivir de forma independiente con su salario, trabajadores pobres.

Los recortes salariales y la precariedad laboral tienen consecuencias muy negativas sobre la vida de las personas pero también sobre la economía, tal y como resalta el informe de la OCDE. La caída del consumo de las familias, atenazadas por sus menores ingresos y el elevado endeudamiento que aún soportan, deprime la demanda interna ––el principal motor para impulsar el crecimiento del PIB–– y por eso tanto la economía española como la de la zona euro son incapaces de iniciar un ciclo de crecimiento vigoroso y sostenido.

La OCDE tiene razón cuando dice que “...esas congelaciones o bajadas salariales pueden tener repercusiones importantes sobre los ingresos de los hogares, acentuando así las dificultades económicas (…) y nuevos ajustes salariales en los países más afectados por la crisis pueden acabar siendo contraproducentes y, sobre todo, en un contexto de inflación próxima a cero, podrían tener una eficacia limitada en creación de empleo. Tales ajustes acentuarían el riesgo de pobreza y pesarían sobre la demanda global”.

La alternativa al dolor y a la recesión tiene que ser exactamente la contraria, como viene defendiendo CCOO: es necesario pactar incrementos salariales por encima de la inflación -que está casi en cero- empezando por el Salario Mínimo Interprofesional, y mejorar la protección social para aumentar la renta de las familias, lo que permitirá un aumento de la demanda interna y, por lo tanto, impulsará el crecimiento económico.


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