CCOO exige un sistema fiscal justo, transparente y legitimado socialmente
En la reunión mantenida este martes con el ministro de Hacienda, el sindicato advierte que la reforma fiscal reducirá ingresos y disminuirá la capacidad de intervención de las administraciones públicas. CCOO propone una reforma fiscal que sirva para resolver los problemas de desempleo, aumento de la desigualdad, falta de protección, y reparto justo de las cargas de la crisis.
En defensa de los ayuntamientos ante las reformas de Montoro.
Esta martes, 17 de junio, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, acompañado del secretario de Estado de Hacienda, ha presentado a las organizaciones sindicales las líneas generales de la reforma fiscal que prepara el Gobierno. A la reunión han acudido por CCOO, el secretario de Protección Social y Políticas Públicas, Carlos Bravo y el secretario de Acción Sindical, Ramón Górriz, junto a Cándido Méndez y Tony Ferrer, por parte de UGT.
Tras la exposición verbal recibida, sin perjuicio del inevitable análisis que se llevará a cabo sobre los textos de la reforma, que serán conocidos en los próximos días, CCOO ha realizado una primera valoración.
El Gobierno ha confirmado su voluntad de disminuir los ingresos fiscales a todas las rentas, trabajo y capital y afectar a los distintos impuestos directos, los que gravan de forma progresiva la renta de sociedades y personas. Renuncia el Gobierno, tanto a los ingresos, como a equilibrar el tratamiento de las rentas del capital respecto de las del trabajo, que seguirán soportando en proporción mucho mayor la contribución a la financiación de las políticas públicas.
El Gobierno insiste en que esa menor recaudación fiscal, que disminuirá la capacidad de intervención de las distintas administraciones públicas (educación, sanidad, desempleo, inversión pública, etc.), se verá compensada por un crecimiento de la economía, sobre cuya incertidumbre le han advertido las organizaciones sindicales.
CCOO resaltó, a lo largo de la reunión, que la recaudación pública está en España ocho puntos del PIB por debajo de la media de la Unión Europea, debido a un elevado nivel de fraude, un mal diseño de las figuras tributarias, que facilita la elusión fiscal de aquellos en mejor situación que acaban pagando menos impuestos, así como el propio impacto de la crisis sobre una economía que reduce ingresos fiscales y genera una caída de la demanda interna, como consecuencia del elevado nivel de desempleo, las políticas de devaluación salarial y la fortísima disminución de la confianza. En suma, con impuestos similares, menor presión fiscal agregada y profundamente desequilibrada entre personas y en función del origen de la renta.
CCOO denuncia que la reforma fiscal que llevará a cabo el Gobierno mermará la recaudación en un mínimo de 7.000 millones de euros con lo que, para cumplir con los compromisos de déficit, el gasto público se tendrá que congelar hasta 2017, sin que se pueda descartar una subida futura del IVA –negada ahora el Gobierno- si la actividad económica no se comporta mejor de lo previsto en el Programa de Estabilidad presentado ante la Unión Europea. La congelación del gasto, según CCOO, menguará la dimensión del Sector Público en casi cinco puntos sobre el PIB de aquí al 2017, recortando su capacidad para actuar de contrapeso frente a los poderes económicos y para apoyar el crecimiento y la creación de empleo. Esto nos alejará de las economías de nuestro entorno más desarrolladas, con potentes sectores públicos, y redundará en el recorte de la calidad y cobertura de los servicios públicos esenciales (educación y sanidad), que verán como los recursos reales dedicados a su prestación caen, al tiempo que las necesidades aumentan por el envejecimiento de la población y el progreso tecnológico.
CCOO reclamó en la reunión un sistema fiscal eficaz, equitativo y justo que bascule, fundamentalmente, sobre la imposición directa y donde desaparezcan las deducciones y los beneficios fiscales que complican los impuestos y son un privilegio que benefician a los mejor posicionados. Para CCOO la reforma fiscal tiene que buscar la ampliación de la base fiscal (el número de personas que contribuyen y la aportación de todo tipo de rentas) sobre la que se giran los impuestos, incorporando las rentas del capital des-fiscalizadas, el patrimonio, la herencia, haciendo que las grandes empresas y corporaciones tributen, y achicando las bolsas de fraude y elusión fiscal.
CCOO quiere una reforma fiscal que sirva como instrumento para avanzar en la resolución de los problemas reales de las personas: el desempleo, el aumento de la desigualdad, la falta de protección, y el reparto justo de las cargas de la crisis. Por ello ha propuesto una reforma conectada con las políticas activas de empleo y la rebaja del desempleo estructural para, al tiempo que se ayuda a reactivar el crecimiento económico, se ayude a los que está sufriendo más las consecuencias de la crisis, recortando la desigualdad y aumentando el potencial de crecimiento de nuestra economía.
Esta es la reforma más determinante y de mayor importancia que debe abordar nuestro país. CCOO exige que se aborde con perspectiva de medio y largo y no con la de corto alcance que determina el calendario electoral.
Tras la exposición verbal recibida, sin perjuicio del inevitable análisis que se llevará a cabo sobre los textos de la reforma, que serán conocidos en los próximos días, CCOO ha realizado una primera valoración.
El Gobierno ha confirmado su voluntad de disminuir los ingresos fiscales a todas las rentas, trabajo y capital y afectar a los distintos impuestos directos, los que gravan de forma progresiva la renta de sociedades y personas. Renuncia el Gobierno, tanto a los ingresos, como a equilibrar el tratamiento de las rentas del capital respecto de las del trabajo, que seguirán soportando en proporción mucho mayor la contribución a la financiación de las políticas públicas.
El Gobierno insiste en que esa menor recaudación fiscal, que disminuirá la capacidad de intervención de las distintas administraciones públicas (educación, sanidad, desempleo, inversión pública, etc.), se verá compensada por un crecimiento de la economía, sobre cuya incertidumbre le han advertido las organizaciones sindicales.
CCOO resaltó, a lo largo de la reunión, que la recaudación pública está en España ocho puntos del PIB por debajo de la media de la Unión Europea, debido a un elevado nivel de fraude, un mal diseño de las figuras tributarias, que facilita la elusión fiscal de aquellos en mejor situación que acaban pagando menos impuestos, así como el propio impacto de la crisis sobre una economía que reduce ingresos fiscales y genera una caída de la demanda interna, como consecuencia del elevado nivel de desempleo, las políticas de devaluación salarial y la fortísima disminución de la confianza. En suma, con impuestos similares, menor presión fiscal agregada y profundamente desequilibrada entre personas y en función del origen de la renta.
CCOO denuncia que la reforma fiscal que llevará a cabo el Gobierno mermará la recaudación en un mínimo de 7.000 millones de euros con lo que, para cumplir con los compromisos de déficit, el gasto público se tendrá que congelar hasta 2017, sin que se pueda descartar una subida futura del IVA –negada ahora el Gobierno- si la actividad económica no se comporta mejor de lo previsto en el Programa de Estabilidad presentado ante la Unión Europea. La congelación del gasto, según CCOO, menguará la dimensión del Sector Público en casi cinco puntos sobre el PIB de aquí al 2017, recortando su capacidad para actuar de contrapeso frente a los poderes económicos y para apoyar el crecimiento y la creación de empleo. Esto nos alejará de las economías de nuestro entorno más desarrolladas, con potentes sectores públicos, y redundará en el recorte de la calidad y cobertura de los servicios públicos esenciales (educación y sanidad), que verán como los recursos reales dedicados a su prestación caen, al tiempo que las necesidades aumentan por el envejecimiento de la población y el progreso tecnológico.
CCOO reclamó en la reunión un sistema fiscal eficaz, equitativo y justo que bascule, fundamentalmente, sobre la imposición directa y donde desaparezcan las deducciones y los beneficios fiscales que complican los impuestos y son un privilegio que benefician a los mejor posicionados. Para CCOO la reforma fiscal tiene que buscar la ampliación de la base fiscal (el número de personas que contribuyen y la aportación de todo tipo de rentas) sobre la que se giran los impuestos, incorporando las rentas del capital des-fiscalizadas, el patrimonio, la herencia, haciendo que las grandes empresas y corporaciones tributen, y achicando las bolsas de fraude y elusión fiscal.
CCOO quiere una reforma fiscal que sirva como instrumento para avanzar en la resolución de los problemas reales de las personas: el desempleo, el aumento de la desigualdad, la falta de protección, y el reparto justo de las cargas de la crisis. Por ello ha propuesto una reforma conectada con las políticas activas de empleo y la rebaja del desempleo estructural para, al tiempo que se ayuda a reactivar el crecimiento económico, se ayude a los que está sufriendo más las consecuencias de la crisis, recortando la desigualdad y aumentando el potencial de crecimiento de nuestra economía.
Esta es la reforma más determinante y de mayor importancia que debe abordar nuestro país. CCOO exige que se aborde con perspectiva de medio y largo y no con la de corto alcance que determina el calendario electoral.
http://www.fsc.ccoo.es/webfsc/Actualidad:Legal:Noticias:646697--La_reforma_fiscal_es_la_reforma_estructural_mas_necesaria_en_nuestro_pais
