LOS SINDICATOS HAN CONSTRUIDO EUROPA


22 may 2014



Con los derechos, los sindicatos han construido Europa

Por Marta Rojo | Durante los últimos ciento cincuenta años los avances democráticos y la ampliación de los derechos en Europa han venido de la mano del movimiento obrero y del sindicalismo.
 | Marta Rojo | 19 Mayo 2014 - 00:31 h.
Durante los últimos ciento cincuenta años los principales avances democráticos y la ampliación de los derechos en Europa han venido de la mano del movimiento obrero en general y del sindicalismo en particular. Esta es una de las principales conclusiones que pueden extraerse de la lectura del nuevo libro que, editado por la Fundación 1º de Mayo, centro sindical de estudios de CCOO, acaba de aparecer en plena campaña de las elecciones al Parlamento Europeo.
El proceso histórico de construcción de los derechos de ciudadanía resulta inseparable del devenir del sindicalismo en Europa
Con el titulo “Trabajo y ciudadanía en la Europa contemporánea. El sindicalismo y la construcción de los derechos”, este libro ha sido coordinado por José Babiano y cuenta con seis capítulos, a cargo de diversos especialistas europeos, referidos a Alemania, España, Francia, Italia, Portugal y Reino Unido. Obviamente, cada uno de estos países no sólo tiene un peso distinto en el “espacio europeo común”, sino que también cuentan con diversas historias y tradiciones sindicales. Los autores de cada uno de los capítulos –J. Pablo Calleja, Steven Forti, Hola-Detlev Köler. M. Martínez Lucio. M. Grazia Meriggi, Victor Santidrián, Andrea Tappi y Raquel Varela– nos presentan un detallado recorrido a partir del último tercio del siglo XIX hasta la actualidad.
En este recorrido observamos cómo la acción de las organizaciones sindicales, permitió el acceso a los derechos del trabajo y en primer lugar el derecho a la sindicación, que fue conquistado en Inglaterra en 1824, en Francia en 1884 y tres años después en España. En nuestro país la huelga –otro derecho fundamental del trabajo– no dejó de ser delito hasta 1909. Paralelamente a finales del siglo XIX y principios del XX emergerá la legislación social en el continente: eliminación del trabajo infantil, protección del trabajo femenino, seguro de accidente de trabajo, reducción de la jornada laboral, etcétera.
Más allá de los derechos del trabajo a los que acabamos de referirnos, tras la Segunda Guerra Mundial se generalizaron en Europa derechos sociales como la sanidad o la educación, jugando un papel esencial el sindicalismo en la articulación de los mismos. Como resulta obvio en España y Portugal, debido a las dictaduras de Franco y Salazar, la generalización de los mismos tuvo lugar tardíamente. Lógicamente, el acceso universal a la educación o a la sanidad trasciende el ámbito del trabajo. En ese sentido puede hablarse de los sindicatos como constructores de derechos de ciudadanía.
Ahora bien, la centralidad del sindicalismo en la extensión de la ciudadanía y la democracia en Europa no se circunscribe a los derechos sociales, que pueden imaginarse como parte de su esfera de intervención propia. Por el contrario, esta centralidad tiene que ver también con los derechos políticos y civiles. Hay dos ejemplos muy claros en este sentido. En primer lugar, se trata de la lucha por el derecho al sufragio universal. Bien es cierto, que en un primer momento era el sufragio universal masculino, pero cabe recordar que en 1840 en Gran Bretaña votaba el 3’5 por ciento de la población y en Francia el 1 por ciento. Y es que los regímenes liberales en origen en absoluto eran sistemas políticos democráticos. El “cartismo”, un movimiento de los trabajadores que tuvo lugar entre 1838 y 1848 en Inglaterra ilustra la pelea del movimiento de los trabajadores por la extensión del sufragio. En efecto, pues en la “carta del pueblo”, aprobada por el movimiento, se reclamaba el derecho a voto, así como una serie de garantías que permitiesen a los trabajadores acceder al Parlamento.
Durante el siglo XX el papel destacado de los sindicatos en la lucha por la democracia cuenta con un amplio repertorio de acciones. En España, por ejemplo, la CNT y la UGT declararon en 1917 la huelga general para, entre otras cosas, acabar con el régimen de la Restauración borbónica y dar paso a un proceso constituyente. Luego, durante el franquismo, sobre todo las CCOO combatieron por la amnistía y las libertades democráticas. En Francia la CGT participó activamente en la Resistencia contra los invasores nazis, distribuyendo propaganda derrotista entre las tropas alemanas, organizando sabotajes en al producción y huelgas en las empresas. Las organizaciones de las TUC, por citar un tercer ejemplo, se batieron en los años treinta contra la Unión Británica de Fascistas de O. Mosley y en los ochenta combatieron el racismo y el fascismo del British National Party. En Italia, Alemania o Portugal, se multiplican los ejemplos de la lucha sindical por alcanzar y/o preservar los derechos políticos. Unos derechos de carácter universal entre la ciudadanía.
En definitiva, el proceso histórico de construcción de los derechos de ciudadanía resulta inseparable del devenir del sindicalismo en Europa. En ese sentido ha jugado un papel radicalmente civilizatorio. De hecho, si a día de hoy la Unión Europea está en crisis es debido a las políticas ultraliberales de la derecha. Es, por tanto, la derecha la que está destruyendo Europa. Por eso, la aparición de este libro resulta particularmente oportuna, en un momento en el que los sindicatos están sufriendo un fuerte hostigamiento en los países de la UE por parte de los poderes económicos, sus medios de comunicación y sus representantes políticos y cuando el nivel del debate electoral entre las grandes fuerzas está resultando bastante plano.



http://www.nuevatribuna.es/articulo/culturas-hispanicas/derechos-sindicatos-han-construido-europa/20140518181234103576.html



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