El presidente de la patronal no tiene complejos en manifestar sus
opiniones sobre temas variopintos. En un encuentro con periodistas, Juan
Rosell descalificó al Instituto Nacional de Estadística (INE)
en general y a las cifras de paro que calcula en particular. Aseguró
que el Gobierno y los sindicatos están “asustados” ante las reformas,
propuso miniempleos para los jóvenes aunque sean de una hora y atacó a
los empleados públicos con saña, llegando a plantear que se quedasen en
casa con un subsidio para que no gasten en papel y en teléfono.
Rosell siempre ha sido crítico con las estadísticas del INE y, en particular, con la Encuesta de Población Activa (EPA).
Aunque está homologada internacionalmente como el mejor termómetro del
mercado laboral, la patronal no le concede la menor credibilidad. El
sustituto de Gerardo Díaz Ferrán al frente de la CEOE empezó diciendo
que en España las estadísticas son “complicadas, ineficientes y malas”. Y
se fue calentando: “No utilicemos más ni el INE ni la EPA. La EPA de
los seis millones de parados no es verdad. Es una estadística de 65.000
personas que hacemos desde hace muchísimo tiempo, pero para saber los
parados lo mejor es ir al registro, a los que se apuntan”, dijo Rosell
con contundencia —y algunas imprecisiones— desafiando la opinión prácticamente unánime de todos los economistas y expertos
en el mercado laboral, que consideran que la EPA es la mejor
radiografía del mercado laboral español, con enormes ventajas frente a
las listas de paro registrado, un mero registro administrativo.
Quizá es mejor ponerles un subsidio a los funcionarios a que estén en la Administración consumiendo papel, consumiendo teléfono y tratando de crear leyes"
En la actualidad, la EPA cifra en 5,965 millones el número de
parados, mientras que en las listas del paro hay apuntadas 4.980.778
personas. Hay un millón de diferencia y los expertos dan mayor
credibilidad a la EPA porque no depende de que el parado quiera
apuntarse o no. Para los parados que tienen derecho a prestación, es
necesario estar en la lista de empleo. Muchos otros, como por ejemplo
los jóvenes que empiezan a buscar su primer trabajo, no necesitan
apuntarse en las oficinas de empleo. Frente a ese registro, los expertos
dan mucha mayor validez a la EPA, la encuesta de mayor tamaño que se
realiza en España de modo regular, cuya muestra no es de 65.000 personas
sino de 65.000 familias, lo que equivale a unas 200.000 personas.
Aunque obviamente tiene un margen de error, su metodología es también la
homologada por Eurostat y demás organismos internacionales.
Según Rosell, “hay muy pocos” parados que no se apunten, aunque la
EPA da a entender que son en torno a un millón. Contradiciendo su tesis
sobre la fiabilidad del registro, Rosell añadió que “hay quienes no
tienen intención de trabajar y se apuntan, como los amos y amas de casa
cuando en la crisis han visto que hay posibilidad de obtener alguna cosa
por estar apuntados”.
Los expertos dan mayor credibilidad a la EPA porque no depende de que el parado quiera apuntarse o no
Además del INE, Rosell atacó también a los empleados públicos. “Hay
grasa en todas partes”, aseguró. Aunque dijo no saber “cuántos
funcionarios sobran”, lanzó cifras al aire: “¿300.000? ¿400.000?”, para
después descalificarles globalmente: “A lo mejor es mejor ponerles un
subsidio a que estén en la Administración consumiendo papel, consumiendo
teléfono y tratando de crear leyes. Eso tiene un coste tremendo”. No
quedó claro si se refería a todos los empleados públicos (profesores,
médicos, enfermeras, policías...) o solo aquellos que, según su
análisis, “sobran”, aunque centró el tiro en los ministerios: “Uno de
los grandes problemas del país es la tecnoestructura de los ministerios.
Estoy absolutamente convencido de que lo lía todo y al final sale una
legislación tremendamente complicada y difícil. Parece que cobren cuanto
más complicado sea”, señaló.
Rosell, que antes fue presidente de la patronal catalana, también se
manifestó sobre el debate independentista: “Yo creo que se irá calmando
la presión soberanista. Al final las cosas que son posibles son posibles
y las que son imposibles son imposibles. Nosotros lo que queremos es
que haya información. ¿Es esto legal? ¿Es esto posible?”, señaló. “La
política es la política, es muy complicado”, añadió, antes de advertir
que el debate ha suscitado preocupación en las multinacionales presentes
en Cataluña.
Fuente: el pais